martes, 21 de enero de 2014

¡Viva la planificación!

Realmente no entiendo a los terrestres, mi querido A222,  me refiero a su comportamiento físico en especial ¿eh? Figúrate que, te lo confieso sólo a ti: en una de las noches en la rara Ciudad de México, estuve espiando por la ventana de una recámara cerca de un parque. Se encuentra en una esquina cuyos letreros decían  Nuevo León y Parras; bueno eso no importa, pero para que te ubiques. Eran como las 11 de la noche y vi en la cama a un un hombre y una mujer desnudos. Ella estaba recostada boca arriba, bueno su boca estaba pegada a la de él, que estaba encima de ella y la pobre tenía las piernas abiertas y en alto ¡qué incómodo! ¿no? y además se veían feas esas patas para arriba. Él estaba  sube y baje, sube y baje. Y ¿sabes qué? le metía y le sacaba su sexo a la pobre; y jade y jade los dos. A mi me pareció que se esforzaban mucho en no sé qué. Era ridículo y yo, risa y risa. Total, me cansé de verlos y me fui a la pastelería de al lado. Allí sí que se veía algo bueno, muy bien adornados todos los pastelitos y se veían apetecibles. Eso sí valia la pena.

En fin, luego me explicó nuestro colega A321 que con ese acto se reproducían los terrestres; bueno algunos querían, a otros les ocurría sin querer. Yo, te lo digo en serio, prefiero nuestra forma de reproducirnos; creo que es más fácil programarte concienzudamente, con la placa de nuestras sustancias, digamos yo y mi colega, la O123, sin tanto jaleo ¿No crees?

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